lunes, 3 de diciembre de 2018

DE 1791 A 1794

 DE LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL AL TERROR.



La república jacobina (junio 1793 - julio 1794)
-nueva Constitución en 1793 que reflejaba los principios de la democracia social: soberanía popular y sufragio masculino universal directo, eliminación de los derechos feudales sin tener que pagar rescate a los antiguos señores y defensa del derecho a la existencia por encima de cualquier otro.
Reformas sociales: 
-la redistribución de la propiedad agraria, 
-el precio máximo para los artículos de primera necesidad (Ley de máximum) y el castigo a los especuladores, la enseñanza obligatoria y gratuita y también la asistencia social.

Para dar un giro a la guerra exterior, se decretó la leva en masa y se democratizó el ejército al permitir el nombramiento de oficiales que provenían de las clases populares. 

Los éxitos militares del nuevo ejército alejaron el peligro de invasión, mientras las medidas contra los especuladores mejoraron la situación económica.

Para imponer todas estas ideas se restringieron las garantías constitucionales y se gobernó de forma autoritaria. De este modo se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salud Pública, a cuyo frente se situó el principal líder jacobino. El nuevo gobierno decretó el Terror, por el que los sospechosos de acciones contrarrevolucionarias eran detenidos, juzgados por tribunales populares y en muchos casos ajusticiados (Ley de sospechosos).

una creciente oposición. golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre, que fue guillotinado junto a sus seguidores en julio de 1794.




Muchos nobles, habían emigrado al extranjero, organizaron una intervención armada con la ayuda del emperador de Austria para restaurar el absolutismo. El propio Luis XVI aceptó ponerse al frente del ejército contrarrevolucionario.

En junio de 1791, el rey huyó de París en dirección a la frontera, pero fue detenido en Varennes. Su actitud fue vista como una traición y significó la ruptura entre la monarquía y la Asamblea Nacional.
Feuillants,un grupo político, de tendencia monárquica constitucional opuesto al derrocamiento del rey Luis XVI, nació el 16 de julio de 1791, parte moderada del Club de los Jacobinos, se fundó originalmente para contrarrestar la progresiva influencia de los jacobinos republicanos. Se reunían en el antiguo convento de los monjes bernardos (feuillants),1​ en la calle Saint-Honoré, cerca de las Tullerías, lo que originó su nombre.

De número variable entre 160 y 264, sus miembros agrupaban a los moderados, favorables a una monarquía constitucional y a la Constitución de 1791. Los Feuillants estaban dirigidoss por Barnave. Entre ellos estaban Bailly, Duport, La Fayette, Lameth, Sieyès, Ramond de Carbonnières, el conde de Vaublanc, Lacépède, Journu-Auber, Maret de Bassano y el pastor protestante Paul-Henri Marron. Su influencia desapareció con la Asamblea Legislativa el 21 de septiembre de 1792. En marzo de ese mismo año los Girondinos excluyeron a los ministros feuillants como represalia por su oposición a la guerra con Austria. Tras la caída de la monarquía el 10 de agosto, son acusados por sus adversarios de realistas y traidores. Se crea una lista con 841 miembros que son arrestados y juzgados por traición. El 29 de noviembre de 1793, su jefe Barnave sube al cadalso.

LA CONTRARREVOLUCIÓN

La idea de que las ideas patriotas van contra la razón. La conspiración de filósofos, los ataques a la nobleza y a la iglesia, sobre todo la disolución de las órdenes y la confiscación de tierras, a fines de 1791 , 3/4 de los oficiales han desertado y 10000 nobles han emigrado, preparan una guerra contra la Revolución.

LAS COMUNAS

El voto no es un derecho, es función: debe designar a los mejores. Se organiza en lo comunitario, sus costumbres, en numerosas comunas, las decisiones, incluida la de adherirse a un club «revolucionario», se tomen con la casi unanimidad de los presentes, a fin de evitar cualquier escisión. Por el contrario, las rupturas familiares o religiosas, especialmente las oposiciones entre católicos y protestantes, provocan en el sur del país escisiones permanentes en las asambleas primarias y secundarias, y dividen de forma duradera las municipalidades. Los franceses no se han convertido en ciudadanos-electores individualistas (la unidad nacional, calcada del modelo familiar).

¿De dónde viene la innovación? De las reivindicaciones femeninas y de los medios populares de las grandes ciudades que protestan contra el hecho de no ser «activos». Esas voces estructuran el espacio político, más aún cuando el acceso a la guardia nacional está ligado hasta agosto de 1792 al estatuto de activo, y los antagonismos entre la guardia nacional y los militantes políticos son notables en París desde finales de 1790 y durante todo el año 1791. La novedad radica en la instauración de asambleas primarias, que se celebran en la capital de los cantones. Se instauran nuevas costumbres de reunión, especialmente en París, hasta el punto de que la permanencia de esa clase de asambleas se convierte en la expresión reconocida de la soberanía popular. Se trata de una convicción que se basa en la importancia de los nombramientos a ese nivel, así como en el hecho de que agrupan el mayor número de hombres adultos, incluidos los «pasivos».
Frente al poder central, pero también frente a los poderes intermediarios como los directorios y las asambleas de departamento, a menudo se afirman de manera irregular esas instancias imprevistas, que reúnen a «electores» convencidos de representar el «pueblo». Se aprovechan del vacío que provoca la Revolución Francesa para imponerse y conservar, en contra de todo, el poder de deliberación heredado de las asambleas parroquiales de la monarquía y reafirmado a raíz de la convocatoria de los diputados a los estados generales. A ello se le suma la creación de sociedades «fraternales» que se vuelcan en la educación política. En París, el Círculo Social que acoge especialmente a los miembros de la Comuna es uno de esos lugares de discusión que poseen una enorme capacidad de intervención, e incluso de protesta. Asimismo, los administradores locales y departamentales innovan al entablar entre ellos —y fuera de París, cuando no es contra París— correspondencias administrativas y políticas, verdaderos «pactos de confianza y fraternidad» (A. Bouchard). Esas iniciativas, que se suman a las «federaciones», inspirarán las «asociaciones» en la cultura política de extrema izquierda del siglo XIX, que rechaza cualquier centralismo, sea monárquico o republicano. Su fracaso durante las revoluciones de 1830 y 1848 las desacreditará a ojos de los intérpretes marxistas, así como a ojos de sus adversarios, que relegarán las «asociaciones» a las formas «precientíficas» del socialismo.
El cuerpo místico de la nación monárquica es remplazado por los cuerpos vivos de las comunidades unidas en el proyecto revolucionario, que se reúnen regularmente en las comunas, los cantones y los departamentos.
DE LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL AL TERROR.
LA IGLESIA Y LA REVOLUCIÓN

En septiembre, una parte de los objetos de plata de las iglesias ya se han cedido a la nación.
Tras dudar si garantizar bienes inmuebles a los curas, los diputados votan, con una significativa minoría en contra, a favor de la enajenación de todas las propiedades eclesiásticas, estimadas en dos millones de libras, que constituyen la única posibilidad de emitir asignados —el papel moneda de la Asamblea— con su valor como fianza. Los asignados permitirán liquidar las deudas de la nación y se irán destruyendo a medida que los acreedores del Estado adquieran tierras eclesiásticas y las utilicen. Asimismo, la operación aporta liquidez al país, al suprimir el déficit y, por tanto, disminuir la deuda, y atar a los propietarios. Los primeros asignados que se emiten, por un importe total de cuatrocientos millones de libras, son en billetes grandes y llevan interés. Contrariamente a lo que se dirá más tarde, la puesta en marcha de ese dispositivo, fastidioso y complicado —pues requiere tasar las propiedades, clasificarlas y venderlas en lotes, todo ello a cargo de los municipios—, no encuentra verdadera oposición, salvo en Alsacia. No cabe ninguna duda de que la supresión de la deuda del clero y el aumento sustancial de los ingresos de los curas influyen sobremanera, pero muchos franceses también sacan provecho de ello: sobre todo los nobles, aunque no únicamente ellos, e incluso la reina, a través de Fersen, adquieren bienes.

EMIGRADOS Y LA CREACIÓN DE UNA NUEVA NOBLEZA

En julio de 1791.La Fuga de Varennes el 22 de junio de 1791. Fuerte malestar  divide al pueblo, a la Asamblea y al Club de los Jaconbinos. Partidarios de la República y promonárquicos o  Feuillants.A los diputados nobles Lameth y Le Peletier de Saint-Fargeau apoyan el decreto de eliminación real de los privilegios de la nobleza.por qué una buena parte de los oficiales nobles que sirven en las tropas de línea permanecen inmutablemente de servicio, al menos hasta la partida del rey, detenido en Varennes, y luego hasta las primeras derrotas en la guerra, cuando los castillos arden y las insubordinaciones se multiplican en el seno de las tropas.mayoría proceden de una nobleza pobre o poco afortunada, y están ligados al estado militar, concebido como un modo de vida basado en el honor y el servicio; comparten la lucha que encabeza la Asamblea contra la prodigalidad y la vanidad, a favor del talento y la virtud. Su ideal de regeneración social, su crítica de los falsos valores encarnados por los cortesanos y los ennoblecidos, y su desdén por el dinero concuerdan con la orientación general de la Revolución Francesa. Aunque la precipitación de la medida del 19 de junio de 1790 les inquieta, tratan de considerarla un exceso sin consecuencias.La nobleza, indecisa respecto a su composición, favorece los acontecimientos de 1789.



La república jacobina (junio 1793 - julio 1794)
-nueva Constitución en 1793 que reflejaba los principios de la democracia social: soberanía popular y sufragio masculino universal directo, eliminación de los derechos feudales sin tener que pagar rescate a los antiguos señores y defensa del derecho a la existencia por encima de cualquier otro.
Reformas sociales:
-la redistribución de la propiedad agraria,
-el precio máximo para los artículos de primera necesidad (Ley de máximum) y el castigo a los especuladores, la enseñanza obligatoria y gratuita y también la asistencia social.

Para dar un giro a la guerra exterior, se decretó la leva en masa y se democratizó el ejército al permitir el nombramiento de oficiales que provenían de las clases populares.

Los éxitos militares del nuevo ejército alejaron el peligro de invasión, mientras las medidas contra los especuladores mejoraron la situación económica.

Para imponer todas estas ideas se restringieron las garantías constitucionales y se gobernó de forma autoritaria. De este modo se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salud Pública, a cuyo frente se situó el principal líder jacobino. El nuevo gobierno decretó el Terror, por el que los sospechosos de acciones contrarrevolucionarias eran detenidos, juzgados por tribunales populares y en muchos casos ajusticiados (Ley de sospechosos).

una creciente oposición. golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre, que fue guillotinado junto a sus seguidores en julio de 1794.
La república burguesa moderada (1794-1799)

Tras la caída de Robespierre, la Convención pasó a estar controlada por los sectores burgueses más moderados

-Se prohibieron los clubs jacobinos y se detuvo a muchos de sus miembros.
-una Constitución (1795) que restableció el sufragio censitario y creó un gobierno de cinco miembros: el Directorio.
La nueva Convención no consiguió estabilizar la situación: los problemas económicos continuaban. Los realistas no cejaban en su empeño de reinstaurar el absolutismo y los sans-culottes exigían el retorno de los jacobinos. Solo la guerra en el exterior parecía dar triunfos.
Las clases acomodadas vieron en Napoleon Bonaparte un general victorioso que podría garantizar la revolución liberal y evitar los excesos democráticos de los sectores populares. la burguesía y del ejército, Napoleón protagonizó, el 9 de noviembre (18 Brumario) de 1799, un golpe de Estado y concentró todo el poder en sus manos.
Según su propia afirmación: "La revolución ha sido restaurada sobre los principios que la originaron. La revolución ha terminado".

RESTRICCIONES CIUDADANAS
Hasta 1791, el sufragio está reservado a los hombres de más de veinticinco años, blancos, domiciliados en la comuna desde hace al menos un año y que paguen el equivalente de tres días de trabajo para ser electores, o diez para ser electores secundarios. Estos eligen a los diputados de entre los que pagan cincuenta libras de imposición —el equivalente a un marco de plata— o poseen un bien inmobiliario que corresponda a ciento cincuenta jornadas de trabajo. Ante la oposición de la izquierda de la Asamblea, en la práctica no se respeta el límite del marco de plata.

CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

las dimensiones de la vida colectiva e individual se juzgan según criterios que son fruto de una comprensión del mundo secularizada, racionalizada y debatida. Cuando el político revalúa las relaciones humanas en detrimento de los valores religiosos, filantrópicos y comunitarios que imperaban hasta entonces, postula el debate de opiniones, con lo que hace nacer la incertidumbre, e incluso la duda, pero también el temor a la manipulación y, por tanto, el miedo a que las divisiones y las facciones rompan la deseada unidad de la nación.


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